Conflicto Israel y Palestina – Parte 2
La formada Liga Árabe del Líbano, Irak, Siria y Arabia Saudí, además de Egipto, suponían una clara amenaza para el nuevo Estado de Israel. El conflicto Israel y Palestina continuaba. Se llevaron a cabo nuevos conflictos, donde los judíos se vieron necesitados de suministros bélicos, que fueron proporcionados por Checoslovaquia, entre otros países occidentales.
Bandera israelí sobre valla de espino
El Estado de Israel se iba expandiendo cada vez más violando los términos de la partición y las correspondientes resoluciones de las Naciones Unidas, provocando cerca de 400.000 desplazados fuera del territorio que se había considerado zona árabe en Palestina. También puso en jaque a Egipto en la lucha por los territorios limítrofes, que conllevó a una mediación por parte de Estados Unidos para no desencadenar una guerra entre Gran Bretaña e Israel, ya que los británicos estaban comprometidos con los países árabes a través de tratados. El 24 de febrero de 1949 se redactó el armisticio entre Israel y los países vecinos, lo que conllevó a la definición de las fronteras israelíes, aunque de forma temporal, tal y como propiamente justificaron la expansión en años posteriores. Israel fue invitado a formar parte en las Naciones Unidas y Estados Unidos comenzó con inversiones y préstamos en suelo judío. Israel sentó sus bases como nación, mientras que el pueblo palestino perdía proporciones importantes de su territorio.
El Estado de Israel se encontraba en expansión y en crecimiento demográfico. Judíos tanto de la URSS como de Estados Unidos, pusieron rumbo a Israel, aunque en bastante menor proporción de lo esperado. Sin embargo, fueron las zonas de Oriente Próximo y el norte de África las que más nutrieron a la joven nación de ciudadanos. El joven Estado tuvo que afrontar al principio problemas estructurales y económicos derivados de su rápida formación. Además de los recursos necesarios que debían aportar para defensa, la multiplicidad étnica de los ciudadanos israelíes y la industrialización del país eran temas candentes que el joven Estado tenía que afrontar para sobrevivir en una zona hostil amenazada por sus vecinos árabes. Al disponer de una economía predominantemente agraria y una inmigración en auge, el agua fue unos de los recursos más preciados que los judíos necesitaban asegurar. Para financiar sus necesidades, acudieron a los Estados Unidos, que accedieron a proporcionar ayuda financiera. Aunque, la situación económica israelí pese a las ayudas recibidas no acababa de consolidarse. Una de las soluciones fue establecer contacto en 1951 con la nueva República Federal Alemana de Konrad Adenauer que, accedieron a proporcionar ayuda económica a Israel por valor de 3.000 millones de marcos en concepto de las reparaciones sufridas por el holocausto. Este sería un gran impulso económico para la economía del país, que se encontraba en bancarrota.
El Muro de las Lamentaciones de Jerusalén
El pueblo palestino se encontraba, tras la guerra de 1948-1949, en una situación desesperada. Muchos de ellos tuvieron que esparcirse por los países árabes limítrofes, mal viviendo en condiciones precarias. Se creó la Ayuda a los Refugiados Palestinos de las Naciones Unidas para hacer frente a las necesidades básicas de la población. Posteriormente también se creó en 1949 la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina de Oriente Próximo. Israel tenía pocos intereses en permitir la vuelta de aquellos desplazados huidos tras la guerra. Aunque todavía existía una minoritaria comunidad árabe en territorio judío, éstos no disponían de los mismos derechos civiles y políticos que la población judía de Israel.
En 1954, Gamal Abdul Nasser era el líder de una recién constituida república en Egipto. Nasser se encontraba dentro del grupo de jóvenes oficiales que dieron un golpe de Estado para derrocar al rey Faruq.
Después de varias décadas bajo dominio británico y de sometimiento egipcio a las voluntades de Gran Bretaña, el ejército perpetró una revolución con Naguib a la cabeza que acabó con Nasser liderando un proyecto de gobierno nacionalista y panarabista, fruto de los complejos y las resignaciones árabes del momento.
La Administración Eisenhower supuso un deterioro de las relaciones entre Estados Unidos e Israel. El Presidente Truman había estado demasiado condicionado por el electorado judeo-americano. Aunque también había supuesto un escollo en la política internacional el cambio de capital israelí a Jerusalén y la negativa del retorno de los refugiados palestinos. Con la Administración Eisenhower se rompieron aún más los lazos entre ambos países. Los norteamericanos creían necesario el apoyo árabe durante la Guerra Fría. Pero Israel, no hacía más que tensionar sus relaciones con los países vecinos. En 1953, comenzaron unas obras para desviar las aguas del río Jordán y privar así a Siria del recurso hidráulico. Estados Unidos reaccionó cancelando créditos de ayuda económica a los judíos, en un momento en el que el Estado judío se veía cada vez más amenazado por los países árabes. El Egipto de Gamal Abdul Nasser, se encontraba en 1954 en un momento de creciente confianza política y militar. Tanto fue así que consiguieron expulsar a los británicos en ese mismo año, de su área de influencia y del canal de Suez.
En 1955, Israel, tras el deterioro de las relaciones con Estados Unidos en un intento de demostrar su valía militar, asaltó Gaza, que se encontraba en manos egipcias. Se crearon nuevas tensiones posteriores, en relación a la península del Sinaí y el desierto del Néguev que desembocarían en nuevos conflictos, y donde el canal de Suez tomaría un cariz de especial relevancia en la zona, el cual acabaría nacionalizado por parte de Nasser, dando lugar a la crisis de Suez en 1956, donde tanto británicos como franceses, que estaban deseosos de una intervención en contra de Egipto, y más tras el apoyo a la causa argelina, intentaron una expedición militar a la zona que, finalmente, debido a las inestabilidades que produciría al respecto, fue desestimada.
La “Doctrina Eisenhower” proclamaba apoyo a cualquier país que optara por una defensa comunista en Oriente Próximo, y también, reclamaba a Israel la pretensión de abandonar las conquistas realizadas en su conflicto con Egipto, rechazadas por Ben Gurión. No obstante, Estados Unidos empleó su influencia económica en el país israelí para forzar una retirada de las posesiones egipcias conquistadas, y a su vez, un compromiso por parte de Nasser de no impedir las comunicaciones israelíes en la península del Sinaí.
Manifestación Palestina
La cohesión y el resurgir de los movimientos de resistencia palestina se encarnó en la figura de Yasser Arafat. Se tenía la percepción y la sospecha que la causa palestina pudiera perderse dentro de un maremágnum de convicciones utilizadas por algunos países árabes a fin de obtener rédito político respecto del futuro del pueblo palestino. En 1959 se creó la organización político-paramilitar Al-Fatah(Movimiento para la Liberación de Palestina).También se creó la Organización para la Liberación de Palestina en 1964, en base a la Carta Nacional Palestina que rechazaba los acuerdos de partición alcanzados por el informe del Comité Especial de las Naciones Unidas para Palestina bajo el Mandato británico. Al-Fatah, pronto se convertiría en el principal actor dentro de la OLP.
La reorganización palestina, una nueva alianza entre Al-Fatah y Siria, la de éstos con Egipto, y las tensiones acumuladas con Egipto además de otros países árabes, supusieron que Israel sintiera una amenaza constante, que derivó en la Guerra de los Seis Días de 1967.
Israel ya era un estado consolidado y con una potencia de fuego reconocida a nivel internacional. El conflicto de 1967 fue todo un éxito para Israel. Conquistó, aparte de todo el antiguo Mandato para Palestina, la península del Sinaí, Cisjordania y los Altos del Golán, entre otros. Puso a Israel en un lugar privilegiado dentro del panorama internacional y obtuvo un reconocimiento por parte de occidente.
Reino Unido fue el país que más apoyó la Resolución 242 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas que abogaba por una retirada completa de Israel de los territorios ocupados durante la Guerra de los Seis Días de 1967. Se pretendía sentar las bases para una diplomacia en favor de una paz que nunca llegó. Israel no pretendía dar por válida dicha resolución y las Naciones Unidas se vio incapaz de forzar su cumplimiento. El conflicto de 1967 hizo que se produjeran nuevas oleadas de refugiados palestinos, aumentando aún más su desarraigo. Por otro lado, Al-Fatah, con su líder Yasser Arafat al mando organizó clandestinamente la resistencia palestina al este del río Jordán. La creciente inmigración palestina en Jordania y la consolidación de guerrillas en suelo jordano hizo que el rey Hussein viera amenazada su autoridad dentro de su propio país. Por ello, el 17 de septiembre de 1970 tuvo lugar el denominado “Septiembre Negro”, cuando el ejército jordano atacó posesiones palestinas y perpetró uno de los grandes desastres en la historia palestina.
Tras la muerte de Nasser, su sucesor Anwar el-Sadat, no estaba conforme con la presencia israelí en el canal de Suez, que habían conquistado durante la guerra de 1967. El presidente egipcio sabía que solo mediante una guerra exitosa podría obtener el rédito suficiente como para poder expulsar a los israelíes de la zona. Debido al potencial militar de Israel, Sadat no tuvo más remedio que establecer una alianza con el líder sirio Hafez al-Assad. Siria por su parte, también era partidaria de forzar un conflicto a fin de expulsar a Israel de los territorios ocupados en 1967. Egipto y Siria decidieron realizar un ataque sorpresa durante la festividad judía del Yom Kippur el 6 de octubre de 1973. Debido a la organización egipcio-siria y al efecto sorpresa, Israel se vio en la tesitura de solicitar ayuda a los norteamericanos. Un apoyo militar, que fue insuficiente para satisfacer tanto a las peticiones de ayuda israelí, y como para evitar un embargo de petróleo de los países árabes. Pese a que el ejército israelí sufrió grandes daños al principio del conflicto, poco a poco fueron recuperando sus posiciones en algunas zonas, aunque retrocedieron en otras. El conflicto no resultó decisivo para ningún bando, aunque dejó enormes daños para Israel.
Yasser Arafat con Bill Clinton en la Casa Blanca
Esta guerra, finalmente supuso la llamada “crisis del petróleo”de 1973 al producir un embargo por parte de los países exportadores de petróleo. Estados Unidos, más que nunca, además de querer establecer buenas relaciones con la URSS, quiso mediar para favorecer una diplomacia en búsqueda de la paz, y, a este respecto la diplomacia iniciada por Henry Kissinger resultó providencial. El Secretario de Estado estadounidense consiguió estabilizar las tensiones que se produjeron tras la Guerra del Yom Kippur.
Un conflicto que mostró las vulnerabilidades y carencias del Estado israelí. Lo que no consiguió Kissinger fue resolver el problema de los palestinos en sus respectivos territorios de Cisjordania y Gaza. Aunque, también significó una esperanza del pueblo palestino, que veían como finalmente el chantaje petrolífero surgía efecto.
La OLP se constituyó en 1974 como miembro observador en la Asamblea General de las Naciones Unidas, del pueblo palestino. La OLP, ya desde la Guerra de los Seis Días, tenía su administración ejecutiva en el exilio.
Pero tras los sucesos del “Septiembre Negro” en Jordania, se trasladó al Líbano. El Líbano, se consideraba un estado plurinacional, donde los principales grupos religioso-étnicos ostentaban el poder. Tras la creciente inmigración palestina y su asociación con la comunidad chií, que había estado relegada a un segundo plano, empezaron a producirse inestabilidades con los sectores derechistas cristianos y su organización, la Falange Libanesa. Comenzó la Guerra Civil Libanesa en 1975, que duraría 15 años.
Jimmy Carter se hizo con la presidencia de los Estados Unidos en 1977. La estrategia diplomática de la Administración Carter, se basaba en la Resolución 242 de la Asamblea General de las Naciones Unidas, la cual versaba en un restablecimiento de las fronteras conquistadas en 1967 y un reconocimiento de la nación palestina. Estos hechos contrastaban con las políticas de la nueva facción derechista israelí al mando de Menachem Begin, partidario de un nacionalismo más exacerbado y de una expansión territorial más allá de 1967. En este contexto el presidente egipcio Sadat, creía posible un acuerdo con Israel. Las constantes tensiones en la península del Sinaí era un desgaste que Egipto deseaba mitigar. Estados Unidos se mostraría como mediador en un contexto difícil, con un conflicto libanés-israelí en su punto más candente, ya que las guerrillas palestinas operaban desde el país al norte de Israel. El Presidente Carter realizó enormes esfuerzos por eliminar a Egipto como enemigo potencia de Israel. Tras la cumbre en Camp David, éstos fueron capaces de llegar a un acuerdo en torno a la posterior retirada de Israel de la península del Sinaí y una mayor autonomía para Cisjordania y Gaza, aunque en la práctica resultó ser diferente. El 6 de octubre de 1981, Sadat, fue asesinado. Le sucedió en el cargo Hosni Mubarak. Carter había intentado estabilizar la zona en Oriente Próximo, aunque sin demasiado éxito, además, se le sumaba la pérdida de su principal aliado en Oriente Próximo, Irán, al producirse un cambio de gobierno liderado por el ayatolá Jomeini, sustituyendo al El Sha de Irán, en 1979. La nueva Administración de Ronald Reagan, debía ahora enfrentarse a un régimen iraní más hostil hacia Norteamérica y a un conflicto dentro del contexto de la Guerra Fría, cuando la URSS invadió Afganistán en 1979.
Israel, con el objetivo de acabar definitivamente con la OLP, exiliada en el Líbano y así forzar una anexión más favorable en Cisjordania y Gaza, y también con el objetivo de promover un gobierno libanés más afín a la “causa judía”, invadió el sur del Líbano el 6 de junio de 1982. Esta guerra supondría para Israel una retirada del apoyo público que había recibido en los anteriores conflictos. Nuevamente Estados Unidos tuvo que jugar un papel mediador. En este caso, las fuerzas norteamericanas lideraron una evacuación multinacional de la OLP hacia Siria para evitar un gran número de bajas. Ronald Reagan quería avanzar hacia un autogobierno en Cisjordania y Gaza, pero las ideas nacionalistas-expansionistas de Begin, solo hacían que dificultar cualquier mediación internacional.
Posteriormente a la invasión del sur del Líbano y de la evacuación de la OLP, los campos de refugiados de la zona oeste de Beirut quedaron totalmente desprotegidos. Israel siguió avanzando en su conquista del país, y permitió una auténtica matanza por parte de la Falange Libanesa en los campos de refugiados libaneses de Sabra y Chatila. Ante la inestabilidad del país y la presión internacional, el Líbano sería ocupado por las potencias occidentales en aras de garantizar una mayor protección y estabilidad. Israel, se limitó a crear una franja de seguridad en el sur del Líbano para la protección de su frontera. Una de las consecuencias que tuvo la invasión israelí del Líbano, sería la formación de un partido político radical islamista denominado “Hizbollah” (Partido de Dios), el cual ejercería un movimiento de resistencia contra el Estado judío.
Durante la década de los 80, especialmente en Cisjordania, el Estado israelí avanzó en su política de asentamientos de colonos. Ante el fracaso de la diplomacia internacional, la mayoría de la población palestina de la época había nacido en un territorio ocupado por los israelíes. Esta generación empezó a organizarse bajo un sentimiento de desarraigo para construir una comunidad palestina. Surgió así una protesta desorganizada a raíz de un accidente de tráfico donde murieron trabajadores palestinos. Sería la primera “Intifada”, el 8 de diciembre de 1987, de la que surgiría un oponente para Al-Fatah, más radical e islamista, denominado Movimiento de Resistencia Islámica o Hamás.
En 1993 se llevaron a cabo acercamientos entre Israel y la OLP, en Noruega. A raíz de la desmembración de la URSS, el escenario empezaba a tomar un cariz diferente a los años de la Guerra Fría. Además, la OLP perdía el apoyo y el suministro de armamento procedente de los países árabes que establecían contacto con el bloque soviético. La OLP se comprometía a revisar la Carta Nacional Palestina para conceder un reconocimiento al Estado de Israel y a no hacer uso del terrorismo. Mientras que Israel se comprometía a retirar su influencia de algunas zonas de Cisjordania. También se llegaron a acuerdos territoriales con Jordania, que recuperó uno 350 km2 de tierra. Los acuerdos alcanzados en 1994, no tenían el visto bueno de todos los miembros del pueblo árabe. No solo se produjo una separación ideológica entre Al-Fatah y Hamás, sino también, dentro de la ciudadanía israelí. Pese a que estos acuerdos fueran un hito histórico dentro del conflicto árabe-israelí, los atentados terroristas por ambos lados no cesaron.
Yasser Arafat murió un 11 de noviembre de 2004. El pueblo palestino que había visto representados sus intereses en el fundador de Al-Fatah, se quedaba huérfano. Se desencadenó un enfrentamiento civil que dividió a la Autoridad Nacional Palestina entre Gaza bajo el domino de Hamás, y Cisjordania con Al-Fatah. Pese a que se habían producido avances en las negociaciones con Israel, respecto a la desmilitarización de Gaza y la evacuación de algunas zonas de Cisjordania, las tensiones territoriales no terminaban de desaparecer y las soluciones diplomáticas seguían sin satisfacer a ambas partes.
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