El krausismo tuvo una enorme influencia en la España de la segunda mitad del XIX. Planteaba una fusión entre la ciencia y Dios. Animó el pensamiento universitario y defendió la libertad individual y de culto.

Krause grabado en madera

Krause grabado en madera

Este pensamiento foráneo fue una importación del pensamiento del filósofo alemán Karl Christian Friedrich Krause (1781-1832). Divulga ideas ya contenidas en Hegel, el cual defendería la idea de una historia lineal del conocimiento a través de la historia. El objetivo de la humanidad sería alcanzar un conocimiento absoluto, un conocimiento filosófico racional sobre del espíritu absoluto que determinaría el conocimiento de la humanidad. Es decir, el fin de la historia. Los seres humanos han recorrido un camino del conocimiento por el cual finalmente llegan a conocer el ideal más absoluto que existe. Lo que sucede a través de la historia tiene una explicación racional que podemos conocer.

Krause se adscribe a estas tesis de Hegel. En el krausismo existe una síntesis armoniosa de la naturaleza y el espíritu bajo la unidad de Dios. Para Krause, existen 3 edades del hombre, de la humanidad, que se corresponden con la vida de un ser humano: la infancia, la juventud, y la madurez; que a su vez son las edades mística, racional y humanitaria, en relación con la humanidad en sí. Es bastante reseñable como para Krause la última etapa que la humanidad recorrerá es una edad denominada humanitaria. Supuestamente una donde el ser humano será la idea central de las políticas a nivel mundial. Es decir, la paz. Y Dios, o el espíritu absoluto tendrá mucho que ver en ello.

Busto de Francisco Giner de los Ríos, Granada

Busto de Francisco Giner de los Ríos, Granada

A través de Dios se puede llegar a un racionalismo armónico donde naturaleza y hombre queden equilibrados bajo una misma lógica. Tenemos en el krausismo una idea panteísta, por el cual existe un único Dios como regidor de todo el cosmos. Para Krause Dios está en la naturaleza y se puede acceder a él a través de la razón para desembocar en un ideal humanitario supremo. Lo que pretende es hacer una traslación de una actitud de ser y estar en el mundo, una fusión entre racionalismo propio de la ilustración e idealismo romántico con primacía de los sentimientos propio del movimiento romanticista alemán como movimiento contra ilustrado. Para Krause no solo se puede sino que es necesario llegar a la razón a través de Dios, del espíritu supremo inserto en la naturaleza.

Para ello, era necesario establecer un ideal de moral y de ética a través de la educación. Solo mediante la educación es posible esta unión entre razón y Fe, basada en la libertad, la justicia y la solidaridad como pilares fundamentales. Un progreso fusionado entre libertad individual y progreso social enraizado en un cosmos teológico racional que dará como resultado la edad humanitaria, el fin de la historia de la humanidad utilizando la educación como herramienta de aprendizaje. Aquí la figura de Dios actúa como un idea, como una creencia suprema a modo de control social.

Así pues, el krausismo tuvo una notable influencia en el pensamiento universitario de España. Postula la libertad de culto, defiende la libertad individual y plantea organizar racionalmente los estudios. Empieza a ser un movimiento pedagógico. El krausismo encuentra barreras en el pensamiento escolástico de las universidades, pero también la oposición política. En tiempos isabelinos (hasta 1868) se producen episodios de expulsión de krausistas. Estuvieron en la clandestinidad. Su máximo apogeo tuvo lugar del 1868 a 1874 una vez se destrona a Isabel II y se proclama la I República española, que fue cuando más influencia tuvo el krausismo.

Una de las figuras más representativas del krausismo español la tenemos en Francisco Giner de los Ríos. Tuvo una visión pedagógica en el ámbito de la enseñanza donde su objetivo final sería formar ciudadanos. Separa instrucción de educación. Es en la educación donde se debe incidir como humanista. La enseñanza es un proceso orientado a la formación de la personalidad propia. También se presta especial atención a materias como el dibujo, el deporte, el amor por la naturaleza, etcétera. Y es bajo estas premisas cuando se funda la Institución Libre de Enseñanza en el 1876. Un proyecto progresista y laico que buscaba transformar el sistema educativo español. Libertad de cátedra, pedagogía innovadora, énfasis en ciencias y humanidades, igualdad de género, innovación cultural y artística, y compromiso social y político, fueron algunos de sus postulados.

Aunque fuera un pensamiento de corte teológico no era bien visto por la teología cristiana predominante que veía en éste un enemigo para el tradicionalismo católico, la sociedad y la política española. Por ello, una vez se produjo la restauración en España en 1874, los krausistas fueron depuestos de sus cátedras por un tiempo de 5 años.