El movimiento leonesista – Parte 2
El leonesismo busca el reconocimiento y autonomía para la Región Leonesa, compuesta por León, Zamora y Salamanca. Existen variantes, algunas abogan solo por León y otras incluyen a Asturias. El movimiento leonesista se articula a través de vías sociales, políticas y culturales.

Mapa de la Región Leonesa
Las nomenclaturas incluyen Región Leonesa y País Leonés, aunque la menos usada es Reino de León. A lo largo del siglo pasado, el leonesismo ha tenido momentos clave. Durante la II República, a pesar de no aprobar un estatuto de autonomía, la creación del Tribunal de Garantías Constitucionales en 1932 reconoció a la Región Leonesa como entidad histórica diferenciada de Castilla. En contraste, Acción Popular (integrada en CEDA) propuso unir León con Castilla por motivos políticos, buscando una gran región frente a Cataluña y Vascongadas.
El sentimiento de españolidad, ese gran contrapeso frente a Cataluña y País Vasco es un argumento que de forma posterior se seguiría viendo. Fue uno de los de gran peso para constituir la Comunidad Autónoma, Martín Villa apunta en ese sentido, “indicaban que una Comunidad Autónoma de Castilla y León fuerte era muy importante, no sólo para Castilla y León, sino para el conjunto español, lo sigo manifestando”. Durante el periodo franquista, en las escuelas se enseñaba un mapa que replicaba la configuración de la Región Leonesa, la misma que hoy es objeto de reivindicación por parte del movimiento leonesista.
Las características históricas son requisito fundamental para poder conformarse en Comunidad Autónoma, e históricamente el Reino de León tuvo una singular importancia en la configuración de lo que hoy es España. Esta importancia se evidencia en la presencia de León en el escudo nacional de España a lo largo de los siglos. En el año 1934 se crea el Himno de León que en su letra dice “Sin León no hubiera España”, fue adoptado oficialmente en 1978 y por un lado es una evidencia más acerca de la españolidad de este territorio que señalaba Acción Republicana en tiempos de la II República, además de por otro lado recordar la importancia de León en la configuración de España.
A partir de ahí, contando con argumentos históricos, queda por dar el paso político de cara a transformar unos derechos históricos de los que se gozan. Ya hubo tímidamente un intento en la II República.
Con todo ello llegamos a la transición, y de nuevo se recupera la idea que mantuvieron algunos sectores de la CEDA, dando el paso el Gobierno central que crea el Consejo de Castilla y de León, que se publica en el BOE el 30 de junio de 1978. La sede de dicha institución la ubicaron en la castellana ciudad de Burgos.
Del proyecto original, sale en primer lugar Santander, que se niega a formar parte de esa construcción llamada “Castilla-León”. El empeño de los políticos santanderinos los llevó a la salida efectiva de ese proyecto y a la conformación de Cantabria, con la que Castilla perdería la salida al mar. Es decir, en el acceso a la autonomía de La Rioja y de Cantabria, el hecho de ser vecinas del País Vasco les ayudó a hacer efectivo su acceso a la autonomía.
Los segovianos quisieron seguir el camino de los cántabros, pero no se les fue permitido “Por razones de interés nacional y al amparo de lo dispuesto en el artículo 144, c), de la Constitución, se incorpora la provincia de Segovia al proceso autonómico de Castilla y León, actualmente en curso.” (Ley Orgánica 5/1983, de 2 de marzo). Tanto es así, que en el estatuto de autonomía para Castilla y León aprobado en febrero de 1983 en su Artículo 2 acerca de ámbito no incluye a la Provincia de Segovia en ese momento. En León también hubo oposición a la creación de la autonomía de Castilla-León, el pueblo leonés se expresó a favor de la autonomía para la Región Leonesa en varias ocasiones a lo largo de la transición.
La primera manifestación se produjo el 18 de marzo de 1978 en pro de la Región Leonesa como autonomía. Participaron organizaciones de índole leonesista, así como partidos que abarcaban todo el espectro ideológico, desde Izquierda Republicana hasta el Partido Carlista e incluso Falange Española de las JONS. La cifra de asistentes fue de entre 4.000 y 8.000 personas según apuntaba la prensa, o de 20.000 según indicaron los organizadores. Los efectos de la primera manifestación llevaron a que los parlamentarios leoneses que estaban convocados al Consejo de Castilla y León optasen por no acudir en forma de protesta y de respaldo a su pueblo.
Comenzaron a crearse asociaciones y colectivos de carácter netamente leonesista, como sería el Grupo Autonómico Leonés, que fue un componente importante para la creación del Partido Regionalista del País Leonés (PREPAL) del que más adelante se analizará. El GAL tuvo una gran presencia en el debate público leonés en cuanto a la creación de la autonomía, pero lo cierto es que no llegaron a delimitar claramente la autonomía que defendían, pues estaban abiertos a que otras provincias se pudieran integrar en la autonomía del País Leonés.
Además del GAL, otros grupos destacados surgirían en el centro de la Región Leonesa, en Zamora, en 1978 en un momento de gran efervescencia nace Ciudadanos Zamoranos, le acompañaría el nacimiento de colectivos como Bloque Radical del País Leonés; Alianza Regionalista Leonesa; Jóvenes Nacionalistas Leoneses; Izquierda Regional Leonesa; o Grupo Reino de León.
En 1980 cuando se comenzó a acelerar el proceso autonómico se celebró en León una nueva manifestación en favor de la autonomía leonesa, las cifras de la época apuntan a la presencia de unas 10.000 personas. Una manifestación que no daría los frutos esperados, pues ya a finales de 1981 se creó la Asamblea de lo que originalmente se llamaría “Castilla-León”.
En 1983 el Congreso de los Diputados aprobó el último estatuto de autonomía que quedaba pendiente, el de Castilla y León sin apenas oposición en el Parlamento y Senado, con tan solo 4 votos en contra en el Congreso. La autonomía para Castilla y León sin embargo en ese momento nace con importantes problemas, pues la Diputación de Segovia y la Diputación de León interpusieron un recurso en el Tribunal Constitucional que más adelante se analizará.
La sociedad leonesa se movilizó, días antes de la aprobación definitiva del estatuto de autonomía se produce en León una nueva y multitudinaria movilización convocada por el partido hegemónico del leonesismo en aquella época, PREPAL, consiguieron que fuese la movilización más numerosa de todas las realizadas hasta el momento, aunando a más de 20.000 leoneses. Dicha manifestación se produjo el 29 de enero de 1983, y en una cifra que continuaba la tendencia al alza en número de manifestantes en la causa leonesista respecto a las dos anteriores.
Esa manifestación no sería la última que se produjera antes de la sentencia del Tribunal Constitucional que dejó a León definitivamente dentro de la autonomía de Castilla y León. En el primer semestre de 1984 ya se estaban instalando las instituciones de la recién creada Castilla y León, un momento que aprovechó el movimiento leonesista para volver a reivindicar la Región Leonesa en contraposición.
Participaron diversas asociaciones y partidos políticos, convocados por una Plataforma Leonesista, fue todo un éxito siguiendo la tendencia de las anteriores, pero con un sustancial crecimiento, según la Policía Local de León se aunaron a 90.000 personas, la prensa apuntó a los 35.000, y los organizadores llevaron la cifra de manifestantes por encima de los 115.000. Constituyó la más numerosa de todas las realizadas en favor de la autonomía de León, con personas venidas de toda la Región Leonesa, y también muchos de ellos de otras partes de España.
Se podría señalar que la aprobación del estatuto de autonomía para Castilla y León fue la de menor consenso y la que más problemas posiblemente trajo consigo.
–Castro Ruiz, J. A. (2023). El movimiento leonesista desde el proceso autonómico
hasta la actualidad. Política y Gobernanza. Revista de Investigaciones
y Análisis Político, 7: 67-93. http://dx.doi.org/10.30827/polygob.i7.26056
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