La Revolución Francesa, como en todas las ideologías contemporáneas, nos trae el nacionalismo. Una ideología (fina) que no es capaz de explicar todos los fenómenos políticos y que, por lo tanto, necesita de otra ideología para poder explicarse por sí misma. Necesita estar al abrigo de una ideología densa, tal como el fascismo o el socialismo.

Proclamación Cortes de Cádiz, 1812

Proclamación Cortes de Cádiz, 1812

Durante la Revolución era necesario reemplazar la figura del rey y sostener el principio de soberanía en algo. Si anteriormente durante el antiguo régimen, el rey era el sujeto de soberanía, a partir de 1789 el sujeto sería la nación, la nación francesa en este caso. Y es aquí donde se establece la división de izquierda y derecha. Pues los diputados partidarios de limitar los poderes del rey Luis XVI se posicionaban a la izquierda de una de las salas del Palacio de las Tullerías. Y los partidarios de la monarquía se localizaban en el espectro derecho de la sala. Por aquella época el nacionalismo era una ideología de izquierdas, ¿y ahora?

Surge en este momento, una división que llegará hasta nuestra época, en dónde en 1789 ser de izquierdas era estar en contra de la monarquía absoluta y a favor de la nación francesa. Ser de derechas, por el contrario, era ser monárquico. Sin embargo, podemos observar cómo estos conceptos han ido mutando progresivamente a lo largo de los años. Hoy en día, por lo menos en la política española, se suele atribuir a la derecha la encarnación y la defensa del nacionalismo español, al menos el nacionalismo dibujado desde el final de la guerra civil hasta la transición. Mientras que la izquierda suele tener una concepción más ambigua y particular al respecto de la nación española.

Rendición del ejército francés en Bailén, 1808

Rendición del ejército francés en Bailén, 1808.

La nación, pues, surge como portadora de derechos civiles y políticos, como ciudadanos y no como súbditos de un rey, sino como unidad comunitaria y perteneciente a un algo, frente a algo o contra algo. ¿Pero qué es la nación? La nación es una comunidad imaginada. Aunque es necesario advertir al lector que también hay división académica al respecto. Pero que son comunidades inventadas, creadas y no eternas, es el consenso mayoritario por el cual nos decantamos a través de este medio. Existe la dicotomía y el no consenso entre las naciones políticas y las naciones culturales. Tal divisoria surge en la guerra franco-prusiana de 1870, donde Francia pierde, y Prusia se anexiona Alsacia y Lorena. ¿De dónde son pues, los ciudadanos de dichas poblaciones? Pertenecen a la nación alemana, o la francesa? Autores como Renan dirán que los ciudadanos de Alsacia y Lorena serán de allá de donde se sientan. Hay que preguntarles. Es un concepto de nación cívica. La nación como una comunidad de concordancia con el presente y el futuro de la comunidad política. 

Otros, como Herder, por ejemplo, dirán que da exactamente igual de donde se sientan los ciudadanos, que en este caso son alemanes. Pues culturalmente siempre han pertenecido a la nación alemana. He aquí una divisoria entre nación eterna y cultural, con la nación cívica-política a modo de construcción cotidiana.

¿Y el Estado? El Estado es un aparato administrativo-político, es una asociación institucional que ejerce el poder legítimo y coercitivo en un territorio y frente a una ciudadanía. Esta es la definición de Estado moderno por antonomasia (Max Weber). ¿Entonces, dónde se ubica el Estado-nación? El Estado nacional es una asociación donde el Estado es reconocido, y, por lo tanto, legitimado por la nación. La nación es la fuente de poder supremo que no reconoce otro poder superior, de ahí que la soberanía nacional resida en el pueblo español, pues es éste quien conforma la nación como comunidad imaginada a través de símbolos, historia, cultural, relatos místicos, etcétera.

El Estado moderno, por el cual se centraliza el poder y el cual tiene el monopolio de la violencia legítima -como diría Max Weber- surge de acorde a dos teorías. La primera de las tesis es la económica. Aquí el Estado se ha ido desarrollando en relación al aumento del comercio y de la industrialización, donde se produce un cerramiento de fronteras, una eliminación de fronteras interiores, unificación del territorio, adecuación legislativa, creación de instituciones, y donde se conforma una hacienda para proteger el comercio. La otra de las tesis que barajan los autores, tales como Tilly, es la que se vincula con la guerra. En este caso, se necesitará de un censo de población, una administración pública y una burocracia. Para que la gente se aliste en el ejército se necesitará una comunidad, esto es, una nación que se sienta parte de la comunidad. Por ello, según esta tesis, el Estado-nación se ha creado mediante unas élites como herramienta de guerra y con una historicidad común bélica pasada. ¿Pero no existe relación entre una y otra? ¿No se necesitan recursos económicos para financiar la guerra, o no es mediante la guerra cómo se consiguen más recursos económicos?

¿Pero, y entonces qué es el nacionalismo? El nacionalismo es simple y llanamente un deseo donde el Estado y la nación se correspondan entre sí. Donde el Estado encarne la nación como unidad identitaria suprema. Aunque, puede existir la forma de defender la nación sin nacionalismo a través del regionalismo. Pues el regionalismo es otra forma no nacionalista de comprender la nación. Donde, aunque la nación sea la identidad predominante de la comunidad imaginada, pueda subsumirse en otras identidades culturales regionalistas que a su vez conforman también la nación. Y, por lo tanto, acercar los regionalismos al Estado moderno.