El proceso de descolonización europeo
El proceso de descolonización europeo, iniciado tras la finalización de la Segunda Guerra Mundial, fue largo, arduo, asimétrico y además conllevó una obligatoriedad expresa y tácita por parte de los países occidentales -mayoritariamente Reino Unido, Francia, Holanda y Portugal- de conceder la independencia a sus colonias.

Conferencia de Berlín
El mundo había cambiado, se habían librado guerras, cometido atrocidades, progresado tecnológica, cultural y socialmente, por lo que, los procesos político-sociales seguían su camino y la descolonización de los países colonizados por la lucha imperialista occidental, tomaban un cariz inevitable. Los territorios colonizados habían conseguido paradójica y desigualmente un desarrollo económico-social. También el colonialismo ayudó a la construcción de élites ilustradas autóctonas las cuales fueron claves para la cohesión y la formación de ideas contrarias a la colonización. Al igual que lo ocurrido en Latinoamérica, que se vio influenciada en su proceso de independencia tras la Revolución Americana, Egipto ejerció como ejemplo en África y Oriente Medio, mientras que la República Popular de China apoyó movimientos nacionalistas asiáticos.
Una de las principales diferencias de este proceso -en Asia-, la podemos encontrar en el área de influencia que ejerció Japón en el continente asiático, concretamente en la península de Corea, China, Indochina y sudeste asiático antes de la Segunda Guerra Mundial. Antes de su rendición en 1945 rivalizó con la URSS, con la República de China y algunas potencias occidentales en varios contextos de luchas coloniales expansionistas. Japón inició su transformación con la Revolución Meiji en 1868 y fue incrementando su deseo imperialista que culminaría tras su rendición en 1945. Desmembrado y derrotado el imperio japonés se abrieron varios frentes produciéndose un vacío de poder con aspiraciones nacionalistas en donde potencias como Francia, la Unión Soviética o incluso Holanda, luchaban por recuperar, mantener o incluso conquistar más áreas de influencia.
China fue otro de los actores influyentes dentro del contexto asiático. Actuó como apoyo y ejemplo al secesionismo en Asia. Tras sufrir los estragos del imperialismo europeo iniciado en el siglo XIX, se constituyó en un régimen comunista al mando de Mao Zedong que proclamó la República Popular de China tras finalizar la guerra civil en 1949. Cabe recordar que el líder Chiang Kai-shek del Partido Nacionalista Chino, huyó a Taiwán y estableció un régimen capitalista al margen de la República Popular de China.
La Unión Soviética, junto a Japón y la República Popular de China hacen que la descolonización asiática tenga enormes diferencias sobre la africana, sobre todo al referirse dentro del contexto de la Guerra Fría. Después de finalizar la Guerra Civil China, la RPC y la URSS actuaron como aliados, pese a la cierta ruptura que experimentaron ambos tras la muerte de Stalin. Rusia, y más adelante la nueva república, había rivalizado con Japón anteriormente en Manchuria, Corea y otros enclaves del entorno, por lo que, tras la rendición de Japón en 1945, el desequilibrio en la península de Corea estaba servido.
La Guerra de Corea fue el primer conflicto de la Guerra Fría, producido por la merma de poder japonesa. Antes de la rendición de Japón, se estableció el paralelo 38 como frontera ruso-americana. La zona sur quedó bajo la influencia de los Estados Unidos mientras que la zona norte bajo un régimen comunista tutelado por los soviéticos bajo el mando de Kim Il-Sung. En 1950 con el apoyo de la URSS, Corea del Norte invadió Corea del Sur, lo que produjo el primer choque de la Guerra Fría entre EEUU y la Unión Soviética, aunque de manera indirecta. Además, la nueva constituida República Popular de China se posicionaría apoyando a sus aliados comunistas.
Indochina e indonesia fue objeto de aspiraciones imperialistas japonesas en 1940. El imperio francés y holandés que claudicaron frente a la Alemania nazi el mismo año, permitieron la expedición de Japón en Indochina, que destruyó parte del poder colonial europeo. Nuevamente, debido a la relevancia de la rendición japonesa en 1945, a la finalización de la Segunda Guerra Mundial y a la reestructuración de Europa, se dieron los ingredientes necesarios para un conflicto postguerra mundial, y Guerra Fría posteriormente. Esta vez, la Unión Francesa, establecida así -hipócritamente- por la creencia mundialmente compartida de rechazo al imperialismo, se aferraba a su poder colonial en Indochina, donde Laos y Camboya accedieron a la autonomía fijada por Francia, no así su vecina Vietnam, que bajo el mando de Ho Chi Minh instauró un territorio soberano.
El comunismo se extendía por Vietnam y era visto como una de las fórmulas para expulsar a los franceses del territorio. Por ello, tras la victoria de la República Democrática de Vietnam frente a la Unión Francesa y la partición del territorio en el paralelo 17, Vietnam del Norte fue apoyada por la RPC y la URSS, quedando Vietnam del Sur en control de Ngo Dinh Diem, en los entresijos estadounidenses y británicos. Entre 1955 y 1975 tuvo lugar la Guerra de Vietnam. Estados Unidos dejando atrás su carácter anticolonial se vio inmerso en un conflicto enmarcado en la Guerra Fría y en su lucha contra el comunismo, a fin de detener el avance norvietnamita escudado por sus dos principales aliados vecinos comunistas.
En Indonesia, las comparaciones con lo ocurrido en la Indochina francesa bien podría servir de ejemplo. Al destruir Japón el poder colonial holandés y al intentar Holanda la recuperación de los territorios coloniales, no hizo, sino que provocar un surgimiento nacionalista-independentista el cual entró en conflicto con intereses holandeses y que culminó con la independencia de la República de Indonesia en 1949.
La India, por su parte, consiguió su independencia en 1947, produciéndose una partición del territorio entre la comunidad hindú y la musulmana. La Revolución India se produjo entre 1942 y 1947, donde se llevaron a cabo una serie de movimientos no violentos encabezados por Mahatma Gandhi. La India rechazaba la presión británica de realizar un esfuerzo bélico humano en favor de Reino Unido durante la Segunda Guerra Mundial, que finalmente derivó en protestas en favor de la independencia. Existían dos comunidades fuertemente arraigadas, la hindú y la musulmana, que tras la desaparición de la influencia británica se produjo una cruenta lucha por el territorio, constituyéndose Pakistán e India, y provocando millones de refugiados y cientos de miles de muertos. Al tratarse de una independencia iniciada antes de la finalización del conflicto mundial y cuya finalización se produjo en 1947, siendo una de las pioneras al respecto, ejerció de influencia en el sudeste asiático, en el resto de las posesiones británicas.

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La descolonización africana se antojaba con algunas diferencias relevantes respecto de la asiática. La colonización europea en África fue más agresiva que en Asia, la dominación y la dependencia respecto a Europa se pudo hacer más efectiva debido a la carencia de estructuras políticas y sociales que, por otro lado, sí existían en Asia. Después de 1945 y con el comienzo de la Guerra Fría, el continente africano quedaba lejos del área de influencia de las grandes potencias asiáticas, además de los caprichos imperialistas del Japón fascista anteriormente. Un país del que sí podían beber cultural y políticamente era Egipto, que ya en 1945 era independiente junto a Etiopía, Liberia y la Unión Sudafricana. Tras el derrocamiento del rey egipcio Farouk y la instauración de una república en 1952, Gamal Abdel Nasser se hizo con el poder, un líder con tendencias panarabistas y anti imperialistas. Egipto, aunque ya se había independizado del imperio británico en 1922, todavía ostentaba ciertos vestigios británicos protegiendo sus intereses en la zona, por lo que, el triunfo de Nasser supuso un golpe al colonialismo y, por ende, actuó como precursor para los países de Oriente Medio y África. La descolonización británica fue menos conflictiva que la francesa debido al mantenimiento de las instituciones propias de las colonias bajo un sistema de administración indirecto. En la descolonización británica la mayoría de los países posteriormente siguieron teniendo relaciones con el Reino Unido bajo la Commonwealth.
Tanto en el Reino Unido como en Francia, tuvieron debates internos dentro de sus fronteras para afrontar el tema de la colonización después de 1945. Había una necesidad social de cambiar las políticas respecto a los países denominados “el Tercer Mundo” y de diferenciar el colonialismo y la represión social europea de la llevada a cabo por la Alemania Nazi. Ya Winston Churchill tuvo que salir en matizaciones cuando firmó en 1941 la Carta del Atlántico junto a Franklin D. Roosevelt, y declarar la carta solo válida para los países afectados por el régimen hitleriano.
El imperio francés recibió un serio revés durante la Guerra de Indochina, el cual salió derrotado a manos del Viet Minh. También, debido al modelo asimilacionista en África, se generaron sentimientos de pérdidas identitarias, resurgieron algunos frentes nacionalistas y se produjeron fuertes conflictos con la población autóctona. Pese al cambio de vocabulario y la ampliación de derechos para con las colonias durante la Unión Francesa, no impidió para que los nacionalismos reivindicaran cada vez más una identidad propia y una independencia política.
Una de las secesiones más significativas dentro de la posterior Comunidad Francesa, tuvo lugar en Argelia, entre 1954 y 1962. En 1957 se produjo la batalla de Argel, una lucha contra el Frente de Liberación Nacional y la población que apoyaba a los insurgentes. Debido a estos conflictos y al rechazo de la opinión pública de la metrópoli, en 1962 tuvo lugar el referéndum de independencia, que dio forma a la nación argelina. La nación francesa, como pasaría posteriormente con la estadounidense durante la Guerra de Vietnam, y tras las garantías sociales y proteccionistas, no apoyaba las acciones represivas de su país en el exterior. Además, las democracias que se encontraban en expansión debían tener especial cuidado con la opinión del electorado. En comparación con el Reino Unido, durante la década de los sesenta la mayoría de los países consiguieron su independencia de Francia.
Reino Unido y Francia poseían la mayor parte del territorio africano, aunque algunos otros países no habían dejado pasar la posibilidad de agenciarse territorios que explotar, tales como España, Holanda, y más significativo fue la presencia de Bélgica y Portugal. En algunos enclaves coloniales el surgimiento nacionalista de independencia se transformó en Estados socialistas, como fue el caso de Mozambique. Mientras que, en otros, como fue Angola, derivó en una guerra civil entre occidentales y pro socialistas. Ambos iniciaron su independencia tras la caída de la dictadura portuguesa en 1974. Las posesiones coloniales belgas, que anteriormente pertenecían el rey Leopoldo II, fueron igualmente objeto de conflictos secesionistas a principios de la década de 1960.
África desde entonces, ha sido objeto de inestabilidades políticas, donde en muchos casos han gobernado élites autóctonas colaboracionistas con los ex colonizadores europeos. En otras ocasiones, se han producido guerras civiles entre éstos y líderes populistas que rechazaban la anterior dependencia colonial y abogaban por la independencia nacional. En cualquier caso, África sigue siendo objeto de subdesarrollo con una nueva forma de represión moderna como es el neocolonialismo económico. Mientras que Asia ha sido capaz de rivalizar con Occidente posteriormente a 1945, África sigue en la retaguardia de las relaciones internacionales incluso después de su independencia.
La descolonización europea en Asia y África, está intrínsecamente ligada al contexto de la Guerra Fría. Esto es debido a que después de la IIGM, las potencias europeas no podían seguir defendiendo su poder colonial por motivos morales, principalmente. Y además, esta descolonización lo que hizo fue propiciar un vacío de poder, donde el capitalismo o el comunismo promovido por las dos superpotencias de la Guerra Fría, se afanaban por influenciar ideológicamente a las naciones colonizadas.
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