Para entender mejor la Guerra de los Balcanes debemos de atender al siglo XIX, a las Guerras Mundiales, a la Guerra Fría y a la disolución de la URSS. Mayoritariamente, la región de los Balcanes pertenecía al Imperio Otomano y en menor medida al Imperio Austrohúngaro en la zona más occidental.

La guerra de los Balcanes

Mapa de los Balcanes

Ya en 1912 se produjeron unas primeras guerras balcánicas a fin de independizarse de los otomanos y acercarse independientemente a Europa. Existen algunas variables de análisis para comprender la Guerra de los Balcanes, pero desde este artículo nos decantaremos por el problema de los nacionalismos balcánicos es decir, de su ineficacia por establecer un Estado-nación legítimo y eficiente para todas y cada una de las comunidades dentro de la península balcánica.

La llamada a la problemática del nacionalismo es una constante desde que tal concepción de comunidad nació con la Revolución francesa. Supone un concepto comunitario vital para entender la mayoría de los conflictos a nivel global desde el siglo XIX, teniendo como cúspide la Primera y la Segunda Guerra Mundial, con un período de distensión paulatino a partir de ésta y hasta la disolución de la URSS. Aunque siempre con algún tipo de remanencia cuando una región pluriétnica ha estado bajo el yugo de un Estado centralista y no democrático. Es el caso de Yugoslavia dentro de los Balcanes. Resulta bastante curioso que su conformación coincida prácticamente con la de la Unión Soviética. 

Y es que, la Revolución rusa comenzó en 1917, instaurándose la URSS en 1922 y desintegrándose en 1991. Mientras que el Reino de los Serbios, Croatas y Eslovenos nace en 1918, pasándose oficialmente a denominarse Yugoslavia en 1929, y empezando su desintegración en 1991. Efectivamente, el año en el que se desintegra también la Unión Soviética.

Primera guerra de los Balcanes contra el Imperio Otomano

Primera guerra de los Balcanes contra el Imperio Otomano

Como bien es sabido, tanto el Imperio Otomano como el Imperio Austrohúngaro se repartían la región de los Balcanes. Sobre todo, como es el caso del Imperio Otomano, permitió la mezcla de pueblos dentro de una amplia región, que además ostentaba una orografía montañosa accidentada. Este último hecho, favorece con el paso del tiempo al aislamiento y a la conformación de culturas por medio de la defensa de ciertos territorios. Al quedar la región bajo la influencia y la coerción otomana, permitió que las diferentes culturas y etnias quedaran dispersas al albur de varias divisiones fronterizas. El Imperio Otomano se desintegró después de la Primera Guerra Mundial, ¿qué ocurrió entonces con la región balcánica? Para ello, es necesario analizar la relación de ésta con Rusia.

Como se ha mencionado, Yugoslavia y la URSS tenían una vinculación estrecha y peculiar. Coincidiendo ambas en surgimiento y desmembración. Y es que, los Balcanes suponían para Rusia una región de vital importancia debido de sus lazos históricos y su pasado eslavo, además de considerarse un cinturón de seguridad para Rusia por sus proximidades geográficas.

Tanto es así, que precisamente el inicio de la Primera Guerra Mundial tuvo su detonante en Bosnia, en Sarajevo. El archiduque del Imperio Austrohúngaro Francisco Fernando fue asesinado a manos de un nacionalista Serbio que reivindicaba la anexión de Bosnia a Serbia. Por aquella época, la región bosnia pertenecía al imperio formado por Austria y Hungría. Serbia, que ya se había independizado de los otomanos. era aliada de Rusia, la cual intentaba influir y tener presencia en la región, mientras que Bosnia como integrante del imperio de Austria-Hungría, y en su caso el Emperador Francisco José, declaró la guerra a Serbia, y por tanto, Rusia la declaró al Imperio Austrohúngaro. A partir de aquí, Alemania se alineó con sus vecinos germanoparlantes mientras que Francia lo hizo con Rusia, etcétera.

Por tanto, lo que hizo el Reino de los Serbios, Croatas y Eslovenos, que cambió su denominación por Yugoslavia en 1929, fue constituirse en una república federal socialista bajo la influencia y el yugo de una Unión Soviética innovadora y pujante en el panorama internacional. Pues para después de la IGM tanto el Imperio Austrohúngaro como el Otomano se habrían desintegrado en Estados que luchaban por una homogeneización nacional. Cabe señalar, que los Balcanes no se enfrentaron al “problema de las nacionalidades” (gran motivo de la IGM) hasta 1991 cuando ya la URSS se desintegró y dejó de ejercer tal influencia en la región. De no haberse instaurado Yugoslavia como ente coercitivo sustituto del Imperio Otomano, quién sabe si tal guerra no se hubiera iniciado en los años 20, cambiando el rumbo del período de entreguerras y por tanto de la IIGM. 

Josip Broz Tito

El presidente de Yugoslavia Josip Broz Tito junto a Jrushchov

Por tanto, se puede percibir la Guerra de los Balcanes de la década de los 90 como un conflicto que llevaba décadas postergado y a la espera de que en la región balcánica se produjera, por fin, una homogeneización nacional, un nacionalismo con un Estado-nación legítimo sin ningún tipo de coacción supraestatal. A modo de ejemplo, mediante los Acuerdos de Dayton, se intentó convertir a Bosnia en una pequeña Yugoslavia con alternancia étnica en las esferas de poder. Y es que la región de los Balcanes ha estado durante siglos, décadas, a la suerte de injerencias de poder extranjero, que no ayudaban ni a una igualdad social ni a una coherencia nacional. Pues tal coherencia, ha de ser vertebrada por una clase media.

De lo contrario, de realizarse desde unas élites homogeneizadoras -de arriba abajo-, bien puede no producirse una correspondencia entre los gobernantes y los gobernados. Por lo que puede haber perturbaciones sobre identidades nacionales, y contribuir a tales desestabilizaciones. No es que los Balcanes sean una especie de excepción dentro de Europa. Por supuesto que no. Los Balcanes han sufrido en los años 90 una especie de crisis similares a las naciones europeas durante los siglos XIX y XX.

Ya después de la Segunda Guerra Mundial, la reordenación territorial nacional continuó. Hubo corrimiento de fronteras, como por ejemplo, la pérdida de territorio de la Alemania prusiana a manos de Polonia, y la pérdida de parte de la Polonia oriental a manos de Rusia. Existían alrededor de 150 conflictos armados y cerca de 40 millones de civiles muertos. Todo ello consecuencia directa de limpiezas étnicas y homogeneizaciones culturales, nacionales y establecimiento de fronteras. Esto ocurrió también en la Guerra de los Balcanes con el acceso a la independencia de las diferentes naciones y la paulatina desintegración de Yugoslavia. Existían minorías que quedaban oprimidas por una mayoría en aras de una homogeneización. Unas luchas de poder intra y extra Estado, precisamente para configurar un Estado nacional. Tampoco ayudaron las potencias occidentales -y la URSS como ya se ha mencionado-. Pero en lo relativo a occidente, ya la Alemania nazi invadió los Balcanes y con ello Yugoslavia. En la época postguerra, la URSS, nuevamente, reintrodujo las fronteras de la preguerra. A Grecia se le ayudó a independizarse del Imperio Otomano en 1830. Kosovo fue entregado a los serbios después de 1945. Por mencionar algunos.

Bandera de Yugoslavia

Bandera de Yugoslavia

Quizás una federación bien integrada y representativa de la idiosincrasia de los pueblos balcánicos hubiera sido una buena opción justo cuando la región accedía a la independencia de los imperios Austrohúngaro y Otomano. Eso no lo sabremos. Pero lo que si sabemos, es que esta pequeña región de Europa ha estado durante siglos entre Rusia, el territorio otomano y Europa, quedando a la espera de las crisis e inestabilidades extranjeras, para estallar cruentamente a finales del siglo XX.