Las relaciones históricas entre Rusia y Ucrania
La parte Oeste del río Dniéper ha estado influenciada por occidente, mayormente. Mientras que la parte Este del país, ha tenido un desarrollo al amparo de la cultura y la lengua rusa, siendo Kiev, la ciudad considerada como “la madre” de las ciudades rusas.
Banderas Rusia y Ucrania
En la imaginería en torno a la nación rusa, se tiene como origen la Rus de Kiev. Kiev es un denominador común en las relaciones históricas entre Rusia y Ucrania. Una federación de tribus eslavas del siglo IX que abarcaba lo que actualmente es Ucrania, Bielorrusia y parte de Rusia. La Rus de Kiev, fue una mezcla de tribus habitada por tribus eslavas y finesas que claudicaron ante los vikingos suecos, produciéndose una comunidad heterogénea pero homogeneizadora sueca. Ruotsi era el nombre que utilizaban los fineses al referirse a los suecos, y es de aquí de donde procede la palabra Rus, que es como los pueblos eslavos llamaban a los vikingos. Rus por tanto, significa “los hombres que reman”. Los vikingos. La rus de Kiev. Los vikingos de Kiev. Así pues, las relaciones históricas entre Rusia y Ucrania empiezan aquí.
Nóvgorod y Kiev, eran las ciudades más poderosas y relevantes de la Rus de Kiev. La primera, al norte, cercana al Báltico, se dedicaba más al comercio con Escandinavia. Mientras que Kiev, era la ciudad cultural y religiosa, allí donde existía una influencia del Imperio bizantino. La Rus de Kiev, no fue capaz de organizar una unidad político-territorial y poco a poco iría perdiendo poder y acabaría en una ruptura entre diferentes principados. Los principados de Vladimir-Suzdal y el principado de Galitzia-Volinia son de donde se establecen los orígenes de la cultura y la nación rusa y ucraniana, respectivamente. Posteriormente, en el siglo XIII, el Imperio mongol conquistó el vasto territorio de lo que fue la Rus de Kiev.
Pero los mongoles, tuvieron más influencia y pudieron ejercer un dominio superior en el Principado de Vladimir-Suzdal, al que se le presupone el origen de la cultura rusa. Al quedar el Principado de Galitzia-Volinia más lejano, la posibilidad de resistencia fue mayor. Lo que no pudo hacer tal Principado, fue resistir ante sus vecinos del Oeste, la Mancomunidad de polaco-lituana, que invadió la zona de más al Oeste de la actual Ucrania, en 1340. Aquí tenemos una primera influencia de la cultura occidental en Ucrania, la cual se acrecentó en 1596 con la Unión de Brest, donde parte de la zona de la Rus, que quedó bajo la alianza polaco-lituana, se desvincula con la Iglesia ortodoxa y se vincula al Papa de Roma y a la Iglesia Católica para acercarse más a occidente y alejarse del Patriarcado de Moscú.
Conversion al cristianismo ortodoxo del Principe de Kiev, Vladimir. 988
Uno de los momentos más importante para entender el choque cultural entre occidente y Rusia lo tenemos en la llamada “Era de las turbulencias”. Un momento de inestabilidad política en Rusia desde 1598 hasta 1613, fecha en la que se establece el esplendor de la dinastía Romanov. Polonia y Lituana, suponían una enorme diferencia cultural frente a Moscú. La Mancomunidad estaba influenciada por la cultura latina y renacentista. E intentó la conquista de Moscú en 1605 que acabó en 1686 con el “Tratado de la Paz Eterna”, quedando la parte occidental de Ucrania bajo dominio polaco. Fue aquí cuando la parte oriental de Ucrania fue sometida a una homogeneización, a una rusificación, por parte de la Rusia imperial de los Romanov, llegando a prohibir el ucraniano en un decreto en 1720.
En la segunda mitad del siglo XVIII, en 1772, 1793 y 1795 Polonia quedó dividida entre Rusia, la monarquía de los Habsburgo y el Reino de Prusia. Como consecuencia Ucrania también. La diferencia estriba en las influencias que ejercieron cada uno de ellos. Mientras que la parte de los Habsburgo dejó libertad para que se consolidara una identificación nacionalista ucraniana, Rusia se anexionó Crimea en 1783. La península de Crimea fue invadida y conquistada al Imperio Otomano. Como resultado de la conquista, se llevó a cabo, otra vez, una política de rusificación agresiva contra la población de Crimea. Alrededor de 100.000 tártaros emigraron al Imperio Otomano. Fomentando además la inmigración rusa a la península.
Como contrapartida, se produciría la Guerra de Crimea en 1854-56 que se saldó con la derrota rusa. El Imperio Otomano que se encontraba en decadencia, era objeto de deseo de las grandes potencias europeas, por ello, Gran Bretaña, Francia y el Reino de Cerdeña, se alinearon con los otomanos a fin de evitar que Crimea cayera en posesiones rusas. Se dice que tal guerra fue debido a un expansionismo ruso y/o a la llamada “la última de las cruzadas” contra el último territorio musulmán en Europa. Nuevamente la derrota rusa, volvió a generar un resentimiento nacional, sobre todo hacia occidente. Pues Crimea, es un sitio sagrado para Rusia, al creer que fue allí donde el Príncipe Vladimir se convirtió al cristianismo ortodoxo en 988. Y con ello, toda su población.
El Imperio ruso empezó a verse debilitado progresivamente con el paso del tiempo, durante el siglo XIX. Un imperio que comenzó sus andaduras en 1613 con la dinastía Romanov y con la mayor extensión de territorio del mundo, llegaba asfixiado a los prolegómenos del siglo XX y de la Primera Guerra Mundial. De aquí podemos entender el porqué de la Revolución rusa de 1917, precisamente el mismo año que se produce la Guerra de independencia de Ucrania contra la Rusia bolchevique, de 1917 a 1921. La cual se resuelve con Ucrania pasando a integrar una república de la Unión Soviética bajo un criterio igualitario que posteriormente no se respetó. Pues la URSS bajó el mando de Iósif Stalin, llevó a cabo una nueva campaña de -en este caso- sovietización y explotación del territorio y la población ucraniana. Como por ejemplo, el llamado Holodomor ucraniano. Unas hambrunas provocadas por las colectivizaciones forzosas de la URSS, donde murieron entre 7 y 10 millones de ciudadanos ucranianos entre 1932 y 1933.
La gran hambruna en Ucrania (Holodomor), 1932-33
Ucrania no solo es un país que ha formado parte de Rusia durante décadas, siglos…sino que también -aparte de ser un territorio estratégico con gran riqueza en recursos naturales y situarse entre Europa y Rusia- ha formado parte de la Rus de Kiev, que es donde se considera y proviene románticamente la nación rusa. Ha sido, y es, un territorio con influencia occidental y ruso oriental. Supone un comodín entre dos civilizaciones y culturas diferentes. Y si además le sumamos que las decisiones y las relaciones entre Ucrania y Rusia se han llevado a cabo mediante la figura de líderes personalistas y nacionalistas, no parece atisbarse un futuro muy prometedor para el conflicto. Los nacionalismos siempre funcionan igual. Es una comunidad que se imagina de forma romántica. Una nación que se vincula a un Estado. Y las naciones se crean, se homogeneizan por élites superiores bajo parámetros y herramientas de suma injusticia. La parte Oeste de Ucrania ha tenido una gran influencia occidental y la parte Este ha estado bajo dominio mongol, ruso y también otomano. Las relaciones históricas entre Rusia y Ucrania tienen puntos en común, pero también diferenciados.
Si Rusia reclama para sí Ucrania o parte de ella, quizás también podría haber hecho lo mismo Polonia en algún momento de su historia, pues el Oeste del Dniéper estuvo occidentalizado más de 300 años. Pero la historia es caprichosa, y tanto Polonia, como Lituania, como Austria se conformaron como Estados-Nación de forma diferente. Y el Estado que le tocó asumir a Rusia después de la disolución de la URSS en 1991, no le gustó. No lo aceptó ni lo asimiló. Y es, Vladimir Putin quien cree que Rusia no puede entenderse sin Ucrania -al menos el Este- ni sin Crimea.
Si deseas ampliar más información:
- ZABALA, Juan Pablo. Rusia y Ucrania: algunas claves históricas, identitarias y geopolíticas para entender la guerra. Perspectivas. 2022, (7).
- MEDEL-LÓPEZ, Jesús. Algunos elementos históricos en las relaciones Ucrania-Rusia. Instituto Español de Estudios Estratégicos. 14-10-2014, (114/2012)
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