¿Qué es la inflación? – Parte 1
La inflación es el aumento generalizado y sostenido de los precios de los bienes y servicios dentro de una economía durante un período determinado. ¿Pero por qué suben los precios?
Dólares
Para comprenderlo de forma rápida debemos tener en cuenta el libre mercado, y por tanto, la oferta y la demanda. El hecho de que suban o bajen los precios es debido a un desajuste en tal dicotomía, oferta-demanda. Como es “libre” mercado y los agentes económicos nos movemos por el interés, maximizar ganancias y minimizar costes, costes-beneficios, a más oferta que demanda los precios bajan, y a más demanda que oferta los precios suben.
Pero esta explicación puede no resultar tan sencilla cuando hablamos de un mercado globalizado e hiperconsumista, donde existen numerosos actores y agentes económicos capaces de influir en el precio de alguna manera. Dentro de un mercado global donde todo está interconectado, puede ocurrir que por alguna sanción económica de unos países a otros, como por ejemplo ocurrió durante la crisis del petróleo de 1973 (los países árabes de la OPEP dejaron de vender petróleo a algunos países occidentales que apoyaron a Israel durante la Guerra del Yom Kippur), se limite la demanda. También se puede limitar la demanda cuando se corta un paso de mercancía que abastece al mercado global, por ejemplo un puerto. También que dentro de un Estado se produzcan barreras de entrada al mercado en cuestión y/o se creen monopolios u oligopolios. Las causas pueden ser múltiples. Tampoco es lo mismo que hablemos de un produzco prescindible y/o sustituible a que hablemos de productos de primera necesidad como la electricidad, por ejemplo. En este caso, al ser un producto necesario los consumidores no tendrán más remedio que consumirlo sea al precio que sea. También es necesario tener en cuenta las causas subjetivas por la que se produce una alta demanda. Como en el caso del impuesto inflacionario pueden existir unas ciertas causas por las que los consumidores sientan la necesidad de consumir de forma más compulsiva. Creyendo que los precios van a subir en un futuro no muy lejano, ante una posible escasez, etcétera.
El hecho de que fluctúe la oferta y la demanda puede llegar a ser de enorme complejidad para comprender el fenómeno. Pero según la literatura económica la inflación es causada por: la demanda, los costos, la inflación estructural, la inercial, y la estancamiento (estanflación).
Dólares en mano
Como hemos apuntado, en el primero de los casos respecto a la inflación de demanda, se produce cuando existe una mayor demanda de los bienes y servicios respecto a una oferta determinada. Existen dos tipos de vías para llegar a la inflación de demanda (Beker). En uno de los casos es cuando la demanda excede a la oferta, bien por una limitación de la oferta o bien por un aumento de la demanda. El caso de la crisis del petróleo de 1973 como consecuencia de la Guerra del Yom Kippur es un ejemplo de ello. El otro de los casos sería de corte monetarista. Es cuando crece la masa monetaria dentro de una economía, y por tanto, también crece la demanda debido al aumento del poder adquisitivo. Un ejemplo podría ser, el mencionado impuesto inflacionario, cuando el Estado emite moneda para financiar su deuda.
Otro de los motivos por los que se produciría una inflación sería la inflación derivada de los costes de producción. Cuando una empresa tiene que emplear más recursos económicos en producir un bien o un servicio, ésta repercutirá la subida del coste de producción en los precios del servicio o producto final. Aquí lo que se pretende es de seguir obteniendo los mismos beneficios o incrementarlos. Éste es el tipo de inflación producida por la Guerra en Ucrania. Al subir el precio de los combustibles fósiles (petróleo, carbón y gas natural) por las limitaciones comerciales con Rusia, los costes de producción aumentan. En este caso los costes de producción aumentan porque primero se produce una inflación de demanda. Es decir, al limitarse la oferta por las sanciones comerciales, deriva en una inflación de costes. Y es aquí donde entran las barreras de entrada en un mercado competitivo. El aumento de costes es trasladado a los consumidores finales, lo reseñable al respecto es que cuanto más acceso al mercado se tenga y más negocios entren en el mercado, más competitivo será, más oferta habrá y más bajarán los precios. Si por el contrario, es un mercado monopólico u oligopólico, aquellas empresas que ostentan el poder del mercado serán capaces de incidir en el precio final casi de forma libre. A más liberación competitiva menos posibilidad de traslación de costes a los consumidores.
La inflación estructural es otra de las causas teóricas de la inflación. Aunque lo más importantes son los dos primeros, pues son las principales causas de la misma. En el caso de la inflación estructural, diremos que es una inflexibilidad estructural dentro de un mercado. Es un aumento constante y sostenido de los precios causado por desequilibrios crónicos entre la oferta y la demanda. Es decir desequilibrios productivos, monetarios, monopólicos, oligopólicos, de costes, etcétera., que hace que a la economía le cueste hacer un viraje estratégico.
En relación a la inflación inercial, también podría servirnos como ejemplo el caso del impuesto inflacionario. Cuando el Estado emite moneda y aumenta la masa monetaria, al crear un aumento de los precios y ante el pronóstico de que los precios sigan subiendo, los agentes económicos (individuos, familias, empresas) querrán gastar su dinero lo antes posible, aumentando la demanda y por lo tanto creando más inflación. De esta manera se perpetúa y se retroalimenta una inflación inercial.
Por último nos queda hablar de la estanflación, inflación con estancamiento. Es decir, recesión del PIB más inflación. Normalmente, se considera que la inflación y la recesión son fenómenos inversos. La teoría nos dice que cuando existen altos niveles de empleo, el nivel adquisitivo de los agentes económicos se incrementa y por tanto también la demanda, y la inflación. Pero cuando se entra en recesión y el desempleo aumenta, se reduce el poder adquisitivo de los agentes y con ello la demanda de bienes y servicios. En este caso al quedar un remanente de la producción anterior habría más oferta que demanda. De ahí la proporcionalidad inversa. Ahora bien, puede darse el caso que por alguna circunstancia una economía entre en recesión y además ostente inflación. Por ejemplo, Alemania, como gran dependiente del gas ruso ha entrado en recesión, al menos técnica. Debido del aumento de sus costes de producción por las sanciones económicas los precios de bienes y servicios se han incrementado. Si debido al alza de precios, los alemanes consumen menos y por tanto producen también menos, entrarán en recesión con una inflación derivada de los costes de producción.
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