El mercado y la globalización. José Luis Sampedro

por | PENSAMIENTO POLÍTICO

El mercado y la globalización. Obra de José Luis Sampedro, catedrático y Senador de 1977 a 1979. Analiza y reflexiona acerca del mercado y su evolución, del impacto que este tiene en la humanidad, y más concretamente dentro de una estructura económicamente globalizada en constante desarrollo.

Frase de José Luis Sampedro

Frase de José Luis Sampedro

El mercado y la globalización es una obra crítica que pretende dar visibilidad a las consecuencias del auge del neoliberalismo económico dentro de un sistema cada vez más globalizado debido al desarrollo de las nuevas tecnologías y también, a una liberalización económica no sometida al poder democrático de los Estados-Nación, creando pues, un caldo de cultivo para la dominación y la opresión económica.

El mercado, es una de las partes que explora Sampedro para después integrarlo dentro de la globalización. El mercado es una mezcla de complejas fluctuaciones económicas que se rige por la ley de la oferta y la demanda, que además interactúa con los mercados nacionales de otros estados y donde existe una división del trabajo para comercializar las demandas de todos y cada uno de los consumidores. Se denomina, economía de mercado, y es el sistema imperante en el mundo. Dentro de este sistema económico que empezó a desarrollarse con el progreso de la técnica y el descubrimiento de nuevos espacios geográficos, existe una teorización de autores ilustrados, tales como Adam Smith, que es el autor más representativo dentro del liberalismo económico del siglo XVIII y con más influencia en la base teórica del actual sistema de economía de mercado. Sampedro, hace una comparativa y un análisis reflexivo acerca de la supuesta teorización idílica de la economía y la puesta en práctica de esa teoría, que nada se corresponde con la realidad de los hechos. Según José Luis Sampedro, la mano invisible que Adam Smith alude en su obra “Teoría de los sentimientos morales” y que desarrolla en “La riqueza de las naciones”, se convierte en una “mano perfectamente visible” que organiza la estructura del sistema económico para guiar las actuaciones de los grandes poderes económicos en defensa de sus intereses, para repercutir en una opresión de sus competidores. Según la mano invisible de Adam Smith, la búsqueda del beneficio e interés individual redundará necesariamente en un bienestar común general. Cuanto mejor le vaya al individuo mejor le irá a la sociedad, y viceversa. Sobre todo en términos de autorregulación del mercado.

El mercado perfecto de la teoría económica ilustrada (donde los precios se regulan de acorde a oferta y demanda, así como la riqueza, las necesidades y el desempleo -entre otros-) se convierte en un mercado imperfecto generador de desigualdades donde la liberalización económica se transforma más bien en opresión o en una libertad asimétrica. Según este argumento, con el paso del tiempo y con la aparición de los conflictos sociales que han puesto en jaque la convivencia internacional, se ha ido incrementando el intervencionismo estatal en aras de proveer más bienes de interés público en detrimento de los intereses privados. Aunque, debido de la aparición de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, el desarrollo de internet, y también por el liderazgo y patrocinio de Estados Unidos, se ha ido implementando una desregulación financiera –y en otros ámbitos que favorezcan al anterior- para el fomento de los grandes capitales, como los capitales estadounidenses, por ejemplo. Produciéndose así un trasvase y una cesión de poder soberano de los Estados-Nación a poderes privados en manos de un puñado de poderes económicos mundiales. Es decir, el mercado se integra dentro de la globalización debido del desarrollo de internet y de las tecnologías de la información y la comunicación. Esto hace que los capitales fluyan traspasando las fronteras de los Estados, y por tanto, que éstos se queden sin herramientas para retener el capital. Recordar, que precisamente el surgimiento de los Estados modernos a partir del Renacimiento tiene que ver con la protección del comercio.

Monumento a José Luis Sampedro en Mijas, Málaga

Monumento a José Luis Sampedro en Mijas, Málaga

José Luis Sampedro etiqueta a la globalización como un mercado mundial moderno y avanzado que permite la concentración del poder económico con intereses paralelos cuyo objetivo es la ganancia monetaria en términos especulativos. Al no existir una regulación común condicionante, el poder campa a sus anchas favoreciendo la fuerza y limitando aún más la debilidad de aquellos que se ven en más dificultades para imponer una regulación estatal. Solo la regulación es “impuesta” parcialmente para favorecer a aquellos que necesitan de ella para seguir por el mismo sendero que por alguna razón la desregulación no les ha favorecido. Es decir, “la globalización económica es totalmente antidemocrática” y se desliga del liberalismo político. Si se implementa cualquier tipo de regulación es porque a los capitales transnacionales no les va bien para su comercio que cierta actividad productiva se encuentra desregulada.

La obra de Sampedro, hace una distinción entre globalizadores y humanidad, de la creciente desigualdad y de la evolución de esta relación a lo largo de la historia. Donde la globalización no es más que la misma relación entre el poder económico y sus súbditos pero adaptados a una nueva era, moderna y avanzada, que además es productora de nuevas corrientes de protesta y manifestación, no solo violenta sino también organizada, pacífica, teórica e intelectual que intenta cambiar el orden establecido.

Debido a su trabajo crítico y a su pensamiento idealista argumenta que “otro mundo es posible”, un mundo más humanitario, más justo, donde el progreso de la técnica también haga equiparar otros aspectos de la globalización que mitigue los efectos de la globalización económica. Independientemente de su opinión, arguye que “otro mundo es seguro”, la vida sigue, su progreso es inevitable y pese a las dificultades y las injusticias humanitarias que se puedan encontrar en el camino, dicho progreso, guarda relación con la seguridad de un mundo cambiante y la posibilidad, a su parecer, de hacer un mundo más igualitario. Porque un mundo es necesario, otro mundo es, no solo posible, sino seguro.