Gibraltar, de España a Reino Unido
El Peñón de Gibraltar, una pequeña península en la entrada del Mar Mediterráneo, ha sido objeto de disputa entre varias potencias a lo largo de la historia. Su importancia estratégica es incuestionable, ya que controla el estrecho homónimo que separa Europa de África y conecta el Atlántico con el Mediterráneo. Esta posición geográfica lo ha convertido en un punto de interés militar y comercial desde tiempos antiguos.
Ilustración, tropas españolas tratando de recuperar Gibraltar, 1704
Antes de ser capturado por los ingleses, Gibraltar formaba parte del Reino de España. En 1704, durante la Guerra de Sucesión Española, una flota anglo-holandesa capturó el Peñón en nombre del archiduque Carlos de Austria, uno de los pretendientes al trono español. Este evento marcó el inicio de la presencia británica en Gibraltar. Para comprender por qué España cedió Gibraltar, es crucial entender el contexto de la Guerra de Sucesión Española (1701-1714). Esta guerra fue un conflicto europeo desencadenado por la muerte sin descendencia del rey Carlos II de España, el último monarca de la dinastía Habsburgo. La sucesión al trono español se convirtió en una cuestión de disputa internacional, con dos principales pretendientes: Felipe de Anjou, nieto del rey Luis XIV de Francia (Felipe V), y el archiduque Carlos de Austria, hijo del emperador Leopoldo I del Sacro Imperio Romano Germánico. La elección de Felipe de Anjou como heredero por parte de Carlos II suscitó temor en las otras potencias europeas, que veían el posible surgimiento de una hegemonía franco-española en Europa. En respuesta, la Gran Alianza, compuesta por Inglaterra, los Países Bajos, Austria y otros estados europeos, se formó para apoyar la candidatura del archiduque Carlos y contrarrestar la influencia de Francia.
En 1704, como parte de las operaciones militares de la Gran Alianza, una flota anglo-holandesa dirigida por el almirante Sir George Rooke atacó y capturó Gibraltar. La ocupación del Peñón fue una medida estratégica diseñada para asegurar una base naval en el Mediterráneo y apoyar las operaciones aliadas en la región. Aunque la captura fue realizada en nombre del archiduque Carlos, Gibraltar pronto pasó a estar bajo control británico efectivo.
Dibujo de Gibraltar, 1837
El Tratado de Utrecht, firmado en 1713, fue un conjunto de acuerdos que puso fin a la Guerra de Sucesión Española y redistribuyó los territorios en disputa entre las potencias europeas. España, agotada por la guerra y enfrentada a la realidad de mantener la paz, aceptó una serie de concesiones territoriales y económicas para garantizar el reconocimiento internacional de Felipe V, el primer rey Borbón de España. Uno de los términos más importantes del tratado fue la cesión de Gibraltar a Gran Bretaña. Según el acuerdo, España cedía «la plena y entera propiedad de la ciudad y castillo de Gibraltar, junto con su puerto, defensas y fortalezas» a la Corona Británica en perpetuidad. A cambio de esta cesión, España obtuvo el reconocimiento de Felipe V como rey legítimo y se aseguraba la paz con las demás potencias europeas. El tratado incluía una cláusula que estipulaba que, si Gran Bretaña decidía en algún momento deshacerse de Gibraltar, debía ofrecerlo primero a España.
A lo largo de los siglos, la soberanía sobre Gibraltar ha sido un tema de constante fricción entre España y el Reino Unido. Varios tratados y acuerdos han intentado regular esta situación, aunque con distintos grados de éxito y cumplimiento
El Tratado de Utrecht es el acuerdo fundamental que selló la cesión de Gibraltar a Gran Bretaña. Según sus términos, Gibraltar fue entregado a perpetuidad, pero con ciertas restricciones: si Gran Bretaña decidía deshacerse de Gibraltar, debía ofrecerlo primero a España. Este tratado ha sido la base de todas las reclamaciones posteriores por parte de España para recuperar la soberanía del Peñón.
La Declaración de Lisboa en 1980 fue un intento de iniciar un diálogo sobre Gibraltar entre el Reino Unido y España. En esta declaración, ambos países se comprometieron a iniciar conversaciones sobre diversos asuntos relacionados con Gibraltar, incluyendo su soberanía. Aunque la declaración marcó un avance en las relaciones diplomáticas, no condujo a cambios sustanciales en la situación de Gibraltar.
La Declaración de Bruselas en 1984 fue un acuerdo más concreto que la Declaración de Lisboa. Estableció un marco para discutir cuestiones prácticas y políticas sobre Gibraltar. Sin embargo, este acuerdo también fracasó en resolver la disputa de soberanía de manera definitiva. A pesar de las conversaciones, no se alcanzó un consenso sobre el futuro de Gibraltar.
El Acuerdo de Córdoba en 2006 fue otro intento significativo de resolver las tensiones en torno a Gibraltar. Este acuerdo abarcaba temas como el uso compartido del aeropuerto de Gibraltar, las pensiones de los trabajadores españoles y la cooperación en materia de seguridad y transporte. A pesar de estos avances, las tensiones no desaparecieron por completo y hubo múltiples incidentes que evidenciaron la fragilidad del acuerdo.
A lo largo de los años, ha habido múltiples incidentes que han demostrado la dificultad de implementar y respetar los acuerdos sobre Gibraltar. Las tensiones han surgido en varias áreas, incluyendo:
- Aguas Territoriales. Uno de los puntos más conflictivos ha sido la cuestión de las aguas territoriales alrededor de Gibraltar. España no reconoce la soberanía británica sobre las aguas que rodean el Peñón, lo que ha llevado a múltiples incidentes entre barcos españoles y británicos. Estos conflictos han incluido incursiones de barcos españoles en las aguas reclamadas por Gibraltar y operaciones de la Marina Real británica para expulsarlos.
- Controles Fronterizos. Otro punto de fricción ha sido el control fronterizo entre Gibraltar y España. En varios momentos, España ha implementado controles fronterizos rigurosos, lo que ha provocado largas colas y retrasos significativos para los ciudadanos que cruzan la frontera. Estas acciones han sido vistas por muchos como una forma de presión sobre Gibraltar y el Reino Unido.
- El uso del aeropuerto de Gibraltar ha sido otro tema contencioso. A pesar del Acuerdo de Córdoba, que buscaba un uso compartido, ha habido varios incidentes y desacuerdos sobre la gestión y operación del aeropuerto. La cuestión de la soberanía sobre el terreno del aeropuerto sigue siendo una fuente de tensión.
- El Referéndum. En 2002, el Reino Unido y España acordaron realizar un referéndum en Gibraltar para decidir si los habitantes del Peñón querían compartir la soberanía entre ambos países. La propuesta fue rechazada de manera abrumadora por los gibraltareños, con un 98.48% de los votantes oponiéndose a cualquier forma de soberanía compartida. Este resultado fue un claro indicio del deseo de los habitantes de Gibraltar de permanecer bajo dominio británico. El referéndum se llevó a cabo en un contexto de creciente presión por parte de España para resolver la cuestión de la soberanía. Sin embargo, el resultado dejó claro que los gibraltareños no estaban dispuestos a aceptar cambios en su estatus político sin su consentimiento. La participación en el referéndum fue alta, lo que subraya la importancia del tema para los habitantes de Gibraltar.
La situación de Gibraltar sigue siendo una cuestión compleja y cargada de historia. El Peñón ha sido un punto de tensión entre España y el Reino Unido durante más de tres siglos, y los intentos de resolver esta disputa han sido numerosos, pero mayormente infructuosos. Los acuerdos y tratados han ofrecido marcos para la cooperación y el diálogo, pero también han revelado las profundas divisiones y las dificultades para alcanzar un consenso duradero.
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