Por qué Taiwán es tan importante para China y EEUU

por | POLÍTICA INTERNACIONAL

La importancia de Taiwán es la de una isla que, pese a su tamaño reducido, concentra en sí misma las tensiones más profundas del sistema internacional contemporáneo. Con apenas 23 millones de habitantes y una superficie similar a la de Galicia, Taiwán se ha convertido en el epicentro de la rivalidad entre China y Estados Unidos.

Bandera de Taiwán

Bandera de Taiwán

Su historia, marcada por la guerra civil china, explica por qué Taiwán es independiente de facto, aunque Pekín la considere una provincia rebelde. Su presente, dominado por la industria de los semiconductores y por su papel estratégico en el Pacífico, explica por qué la isla es tan importante para China y para Estados Unidos. Y su futuro, incierto y cargado de riesgos, plantea la pregunta de cuándo y cómo podría producirse un intento de anexión por parte de Pekín.

El origen de la independencia de Taiwán: la guerra civil china

El conflicto entre China y Taiwán hunde sus raíces en la guerra civil china (1927–1949), un enfrentamiento que no solo definió el destino del continente, sino que también marcó la identidad política de la isla.

Tras la caída de la dinastía Qing en 1911, la República de China fue proclamada bajo el liderazgo de Sun Yat-sen. Sin embargo, el nuevo Estado nació débil, fragmentado y acosado por potencias extranjeras. El Kuomintang (KMT), partido nacionalista, intentó consolidar el poder, pero pronto se enfrentó al Partido Comunista Chino (PCCh), fundado en 1921. Ambos compartieron brevemente una alianza en el Primer Frente Unido (1924–1927) para derrotar a los señores de la guerra, pero la represión de Chiang Kai-shek contra los comunistas en Shanghái en 1927 rompió la alianza y dio inicio a la guerra civil.

La contienda se interrumpió en 1937 con la invasión japonesa, que obligó a nacionalistas y comunistas a cooperar en un Segundo Frente Unido. Sin embargo, mientras el KMT soportaba el peso de la guerra, el PCCh expandía su influencia en las zonas rurales, construyendo una base social sólida. Cuando Japón se rindió en 1945, la guerra civil se reanudó con más fuerza.

En ese mismo año, Taiwán regresó a la soberanía china tras cincuenta años de dominio japonés (1895–1945). Pero la administración del KMT en la isla fue percibida como corrupta y represiva, lo que desembocó en el incidente del 28 de febrero de 1947, una revuelta popular sofocada con miles de muertos. Ese trauma cimentó una identidad taiwanesa diferenciada. En 1949, el PCCh proclamó la República Popular China en Pekín tras derrotar al KMT. Chiang Kai-shek y dos millones de seguidores se refugiaron en Taiwán, trasladando allí la República de China. Desde entonces, coexistieron dos gobiernos que reclamaban ser la representación legítima de toda China.

Durante la Guerra Fría, Taiwán fue reconocido como “China” en la ONU hasta 1971, cuando la resolución 2758 transfirió el asiento a Pekín. Desde entonces, la isla quedó en un limbo diplomático: independiente de facto, pero sin reconocimiento internacional pleno.

La importancia de Taiwán para China: historia, identidad y poder

Para China, Taiwán no es solo un territorio estratégico: es un símbolo nacional. La narrativa del Partido Comunista se construye sobre la idea de haber restaurado la unidad y la dignidad de China tras el “siglo de humillación” (1839–1949), marcado por invasiones extranjeras y cesiones territoriales. En ese relato, la separación de Taiwán es una herida abierta.

  • Carga histórica: Taiwán fue cedida a Japón en 1895 tras la derrota en la Primera Guerra Sino-Japonesa. Esa cesión se convirtió en un símbolo de debilidad nacional. Recuperarla es, para Pekín, cerrar un ciclo de humillaciones.
  • Identidad nacional: Xi Jinping ha vinculado la “reunificación” con el Sueño Chino, un proyecto de resurgimiento nacional. Para el Partido Comunista, permitir que Taiwán se consolide como independiente sería una derrota ideológica y un precedente para otras regiones con tensiones separatistas (Tíbet, Xinjiang, Hong Kong).
  • Poder estratégico: Taiwán se encuentra en el corazón de la primera cadena de islas del Pacífico, un arco geográfico que incluye Japón, Filipinas y Guam. Controlar Taiwán permitiría a China proyectar poder naval hacia el Pacífico abierto y romper el “cerco” estadounidense.
  • Legitimidad interna: El nacionalismo es una de las principales fuentes de legitimidad del Partido Comunista. Renunciar a Taiwán sería visto como una traición histórica. Por eso, la “reunificación” se presenta como un deber sagrado, incluso en la Ley Antisecesión de 2005, que autoriza el uso de la fuerza si la isla declara formalmente la independencia.

La importancia de Taiwán para Estados Unidos: seguridad y tecnología

Para Estados Unidos, Taiwán es un pilar de su estrategia en Asia-Pacífico y un socio tecnológico insustituible.

  • Seguridad regional: Desde 1979, Washington reconoce a la República Popular China, pero mantiene con Taiwán la Ley de Relaciones con Taiwán, que garantiza su defensa. Esta política de “ambigüedad estratégica” busca disuadir tanto a Pekín de invadir como a Taipéi de declarar la independencia. La defensa de Taiwán es también una cuestión de credibilidad: si Estados Unidos no protege a la isla, aliados como Japón, Corea del Sur o Filipinas podrían dudar de su compromiso.
  • Tecnología crítica: Taiwán es el epicentro mundial de la industria de semiconductores. TSMC produce más del 50% de los chips globales y el 90% de los más avanzados. Estos microprocesadores son esenciales para la economía digital y para la defensa militar. Si China controlara TSMC, tendría una palanca de poder económico y militar sin precedentes.
  • Alianzas militares: En los últimos años, la cooperación militar entre Estados Unidos y Taiwán se ha intensificado. Washington ha aprobado ventas de armas avanzadas, entrenamientos conjuntos y transferencia tecnológica. En 2025, por ejemplo, se presentó el misil Barracuda-500, desarrollado conjuntamente por Taiwán y la empresa estadounidense Anduril Industries, diseñado para ataques en enjambre contra buques de guerra.
  • Cadenas de suministro seguras: Estados Unidos impulsa la creación de cadenas de suministro “no rojas”, es decir, libres de influencia china, en sectores clave como la tecnología y la energía. Taiwán es un socio central en esa estrategia.

Qué cambiaría si Taiwán fuera anexionada por China

Las consecuencias de una anexión serían profundas y globales. En el plano económico, un bloqueo o invasión de Taiwán podría reducir el crecimiento mundial en un 5% a 10%, según estimaciones de analistas internacionales. La interrupción en la producción de semiconductores paralizaría industrias enteras, desde la automotriz hasta la médica. La dependencia global de TSMC es tan grande que incluso una interrupción temporal tendría efectos devastadores en las cadenas de suministro.

Mapa Taiwán-China

Mapa Taiwán-China

En el plano político, la anexión supondría un golpe mortal al orden internacional basado en normas. Sería la primera vez en décadas que una gran potencia anexa por la fuerza un territorio democrático y próspero. La credibilidad de Estados Unidos como garante de la seguridad en Asia-Pacífico quedaría en entredicho, y países como Japón, Corea del Sur o Australia se verían obligados a replantear sus estrategias de defensa. La región podría entrar en una espiral de rearme y confrontación, con consecuencias imprevisibles.

Para China, la anexión de Taiwán también tendría riesgos. Una invasión militar podría desencadenar sanciones económicas masivas, similares o incluso más severas que las impuestas a Rusia tras la invasión de Ucrania. El comercio chino, altamente dependiente de los mercados occidentales, sufriría un golpe devastador. Además, la resistencia de la sociedad taiwanesa, altamente movilizada y con un fuerte sentido de identidad democrática, podría convertir la anexión en un conflicto prolongado y costoso.

¿Cuándo y cómo podría intentar China la anexión?

La gran incógnita es cuándo y cómo podría China intentar la anexión. Algunos analistas apuntan al año 2027, coincidiendo con el centenario del Ejército Popular de Liberación y con el Congreso del Partido Comunista en el que Xi Jinping buscaría consolidar su legado. Otros consideran que Pekín podría optar por una estrategia más gradual, intensificando la presión militar, diplomática y económica para forzar a Taiwán a negociar en condiciones de debilidad.

Los escenarios posibles incluyen un bloqueo naval prolongado para asfixiar económicamente a la isla, ataques cibernéticos para desestabilizar sus infraestructuras críticas, o incluso operaciones de “decapitación” dirigidas a neutralizar rápidamente a la dirigencia política y militar taiwanesa. Sin embargo, todos estos escenarios conllevan enormes riesgos. La geografía montañosa de Taiwán, su población altamente movilizada y el apoyo militar de Estados Unidos hacen que una anexión no sea una tarea sencilla. Además, la incursión de Rusia en Ucrania ha servido como advertencia a Pekín sobre los peligros de subestimar la resistencia de una sociedad democrática.